Pensar y decir algo de Nuestra Señora la Virgen es “de María nunquam satis”, es decir, nunca podemos saber lo suficiente acerca de ese gran misterio que es la Madre de Dios. Ella es la Madre del Verbo Divino encarnado en su seno. Ella es la primera adoradora, Ella es el Modelo y la Madre de la Iglesia. Ella es la Mujer de la Eucaristía.
La Santísima Virgen María fue la primera y más excelsa adoradora de Jesús en la Eucaristía.
María es la perfecta adoradora de Jesús en el Santísimo Sacramento, que es la presencia real, verdadera de su cuerpo, sangre, alma y divinidad.
Jesús antes de ascender al cielo nos aseguró, que volvería con nosotros, diciéndonos: “No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros.”
La Sagrada Eucaristía, es la forma que escogió para volver y permanecer siempre con todos nosotros. La Eucaristía es el cumplimiento de su divina promesa.
Después que Jesús, nuestro Señor, subió a los cielos, María pasó el resto de su vida ante Jesús Vivo en la Eucaristía. Porque en ella, ya no había límite en el grado de unión divina que compartía con Él.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario