Hoy es un día grande para nuestra Orden. Es la Fiesta de Nuestra Madre fundadora Santa Teresa de Jesús. Aquella mujer llena de tesón, a los pies de su amado Jesús de Nazaret. Hizo una reforma en la Orden de Carmelitas Descalzos, además era una escritora excepcional, en una época en que la mujer era tenida a menos. Definitivamente ser mujer no ayudaba en su misión.
Santa Teresa se mantuvo firme a sus convicciones y alzó la voz en la defensa de una fe que estaba afectada desde dentro de la iglesia misma, incluso teniendo que comparecer en 1575 ante el Tribunal de la Inquisición.
Teresa hija de San José, a quien tuvo como Patrono y director espiritual. Siempre destacó el especial afecto que había entre ella y este dulce Patriarca. Comprendió que quien se acoge al auxilio y patrocinio del Padre amoroso de Jesús, conseguirá de él, lo que se le pida. Si la petición no está derecha, el mismo la endereza.
Santa Teresa nos enseña que podemos ser Marta y María. Que no necesitamos alejarnos del mundo para llevar una amistad fuerte y cercana con el amado de nuestra alma. Aquel que siempre espera que nos encontremos con él en nuestro castillo interior y que la puerta de este, es la ORACIÓN. Una oración enamorada.
Pidamos a nuestra Madre Santa Teresa de Jesús, nos impulse con su corazón valiente a perseverar en el camino de la santidad, que ella misma alcanzó, llegando a las séptimas moradas y unirse allí, con el amado de su alma.
Oración “Nada te turbe” de Santa Teresa de Jesús:
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
Al cielo sube,
Por nada te acongojes,
Nada te turbe.
A Jesucristo sigue
Con pecho grande,
Y, venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
Nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
Que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
Pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
Mantenga el alma,
Que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
Aunque se viere,
Burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
Cruces, desgracias;
Siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
Id, dichas vanas;
Aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
A JESÚS POR MARÍA!!!
Lucas 12, 1-7
SANTA TERESA DE JESÚS, VIRGEN Y DOCTORA DE LA IGLESIA